3 razones por las que mujeres y hombres nunca seremos iguales
Te guste o no, mujeres y hombres no somos iguales, somos distintos desde la biología hasta la energía.
Una fuente constante de conflictos es vivir buscando ser iguales o actuar igual cuando no somos iguales.
Tenemos una estructura corporal y energética distintas, las hormonas actúan de forma diferente y mueven nuestras emociones, pensamientos y acciones por caminos diferentes.
Las diferencias que existen se van desencadenando entre ellas, el problema al final que detona los conflictos es nuestra negación o dificultad para aceptarlas y entenderlas.
Quizá sabes que he trabajado por muchos años con situaciones de conflicto y prevención de la violencia entre otros aspectos asociados a la reducción de riesgos psicosociales y el bienestar.
A lo largo de esos más de 15 años he visto, escuchado y leído de todo, procurando mantener la apertura y posición neutral, entendiendo que los polos siempre se encuentran en algún punto y es ese el punto desde el que deseo trabajar, ahí se logra la armonía.
Para los conflictos asociados a la violencia de genero, considero fundamental entender la diferencia y desde ahí ubicar el punto central donde nos podemos encontrar y conectar en paz.
Entre las múltiples razones de nuestras diferencias se encuentran 3:
1 - La estructura corporal
Nuestros cuerpos evidentemente no son iguales y por tanto tienen necesidades distintas para su cuidado y desarrollo.
Francamente considero que algunas diferencias culturalmente se han mal interpretado o enfocado de manera distorsionada buscando la igualdad.
La fortaleza es una de ellas, nuestra fuerza física es distinta, se concentra en partes diferentes del cuerpo. Esto lo vemos muy claramente en los gimnasios, he observado durante mis periodos de entrenamiento que los hombres tienen mayor facilidad para desarrollar la parte superior, mientras las mujeres la tenemos en la parte inferior.
Mi experiencia en el desarrollo de musculo y fuerza física confirma cosas que aprendí en diferentes estudios de anatomía y medicinas milenarias sobre las diferencias en la composición del cuerpo masculino y femenino. Personalmente los entrenamientos de la parte superior me resultan pesados, me toma más tiempo el progreso y duelen más que los de la parte inferior donde también el resultado se ve reflejado pronto.
La grasa se adhiere y acumula en partes diferentes como patrón general, como esto muchas otras cosas.
Podrás decirme como me han dicho muchas mujeres con las que he trabajado, que yo lo digo porque mi cuerpo tiene una forma de 8 y en mi si la grasa se ve en busto y cadera o chaparreras, pero en ellas no.
Déjame decirte una cosa al respecto, mi cuerpo no siempre fue así aún con ejercicio, fue a partir de un profundo trabajo emocional en que me reconcilie con ser mujer que se ajusto, deje de tener problemas hormonales y malestares asociados a ser mujer, además de un cuerpo notoriamente más femenino, entre otras cosas.
Aceptarme y aceptar a mi hermoso cuerpo femenino (del cual antes renegaba) me permitió mantenerme cada vez más plena y sana. Deje de competir con los hombres y he podido aprovechar o disfrutar las diferencias.
2 - Los requerimientos hormonales
Para operar de manera saludable el cuerpo y la mente de una mujer tienen requerimientos diferentes a los del hombre.
Las hormonas operan distinto en un cuerpo u otro, tratarlos igual les genera una perdida de balance que afecta la salud general (física, emocional, mental)
Una forma natural en la que producimos hormonas se asocia con los hábitos diarios y los patrones emocionales que con ellos se crean. Estos en conjunto desencadenan pensamientos y conductas que siguen activando un patrón hormonal particular.
Como bien sabes si tienes tiempo de seguirme o conocerme experimente esto en carne propia, justo fue eso lo que me llevo a profundizar en el tema para revertir los efectos en mi salud, mis relaciones, mi carrera y mi vida en general.
Para muestra basta un botón, el estrés requiere de testosterona en los hombres para ser regulado y de oxitocina en las mujeres. Lo contrario genera una perdida de balance que nubla la mente, altera el estado emocional, perjudica el rendimiento y las relaciones.
El cerebro femenino requiere para operar en equilibrio estrógeno, progesterona y oxitocina, mientras que el cerebro masculino requiere de testosterona y vasopresina, desarrollando con esto circuitos y conductas notoriamente distintas.
3 - Las necesidades energéticas
En la medicina oriental se ha trabajado por miles de años con la energía femenina y masculina que operan de forma distinta, con flujo y características diferentes. Todos tenemos ambas y deben estar en equilibrio para sostener la salud y el bienestar.
En un hombre sano y equilibrado la energía masculina fluye con facilidad sin resistencia o lucha a la femenina y eso le permite pensar, resolver y actuar con mayor facilidad.
En una mujer sana y equilibrada la energía femenina fluye sin resistencia u oposición a la masculina permitiéndole disfrutar de la vida sin tanto esfuerzo físico o mental, aprovechando su capacidad para conectar, establecer relaciones y vínculos afectivos que nutren su vida.
No se trata de someter, relegar o limitar a nadie, pues cada uno aporta algo importante. Aceptar y reconocer nos permite mirar y procesar desde el corazón, el centro de energía que genera el campo de mayor fuerza para impactar en nuestro entorno.
Todo esto repercute e impacta de forma directa en la manera en que nos relacionamos e interactuamos.
Es por esto que cuando hacemos un trabajo a distintos niveles repercute en las relaciones o vínculos importantes con personas del sexo opuesto incluso si ya no tenían contacto. Más de 1 vez he escuchado a personas decir que una persona importante no volverá jamás a dirigirles la palabra mientras vivan y luego de un par de sesiones retoman el contacto de forma pacifica, nutritiva y placentera para seguir con sus vidas en mayor armonía.
Mira esta imagen y reflexiona sobre ella.
Llegar a la libertad equilibrada es un reto, nos tomara tiempo trabajar en ello como personas y como sociedad.
Aceptar las diferencias y reconocer las búsquedas similares nos llevara al encuentro, la conexión y el balance.
HAGAMOS DE TU BIENESTAR UNA REALIDAD
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